domingo, 26 de mayo de 2013

RENACIMIENTO DEL AMOR
EN EL RECUERDO IMPERECEDERO

Escuchar a tu lado una canción hermosa

es sentir y vivir  los susurros

del Dios bueno más sublimemente idealizado

por y de los místicos más ilusos y trastornados.

Escribirte una poesía es sentir

la colosal pena y desmesurada frustración,

la amargura y la derrota

de saber que tal vez esa poesía exista y existe,

sin que  pueda escribirse,

sin que nadie puede escribirla,

que grita en mi corazón,

que arde, inspira, vive,

hace vivir e incendia

mi mente desde mi espíritu, mi alma

y ese corazón que me piden

desde el centro de mi ser,

de mi latido y de mi vida,

hecha cuerpo, carne y maná,

y la Sagrada Forma concretada

desde el cáliz de mi esencia

hasta dentro de tu boca, tu paladar, tu lengua,

tu mente, tu corazón,

tu espíritu, alma,

para alimentarte quemándose,

donde se humille y consagre

para regalarte la quimera

de la felicidad más absoluta,

plena, insólita y eterna.

Bailar ahora de “viejos” contigo,

torpemente, ya mucho más escasas

la energía y  las fuerzas,

pero con la ilusión inicial

de sentir tu mejilla y tu calor

unidos a mi mejilla, satisfecha y en paz,

pero todavía trémula,

es danzar como pétalos de rojo clavel

empujados e inspirados

por el viento del Olimpo

la danza de Venus y Eros,

que jamás pudo soñar ningún humano

ni bailar ningún ángel del cielo,

ningún dios, ninguna diosa,

ningún nunca jamás ningún capricho del universo

para dignificar lo real e idealizar el ideal

de construir un mundo perfecto.

Mirarte a los ojos es ver y soñar

los horizontes más románticos de Bécquer,

las puestas de sol que el sol,

las nubes y el atardecer

jamás pudieron crear, ni Zeus imaginar

en toda  la historia de todo el universo,

de todos los universos.

Volver a besar la piel de tu rostro

con surcos sabios de vida,

es renacer la pasión, la inocencia,

la mayor  razón,  la ilusión,

los recuerdos, las vivencias

que mis labios escribieron en tu rostro

durante la juventud de nuestras mentes

y nuestros ávidos, anhelantes y deseosos

labios, piel, y sentidos excitados

de nuestros cohabitantes cuerpos.

Ser tan temerario e intrépido

de obsesionarse en crear la poesía más bella

para la única dama, niña y señora

de toda, mi única y sola existencia

es tan sólo saber recordar y darse cuenta

de que soñar imposibles

y ser el soñador  más iluso y más terco,

es conocer que en el pasado,

en mi juventud fui poeta

y ahora me obceco, me muero y me desespero

sin aceptar ya  no serlo.

Tropezar contigo y en ti un bolero,

es volver y recordar cómo se sueñan

los más elevados sueños.

Tropezar contigo y en ti

el tango más pasional y emotivo de Gardel

es sentir, escuchar y revivir

los orgasmos que compartiste y sentiste

dentro de mi ser, de tu piel, en tu piel,

recorriendo todo tu cuerpo,

de nuestra alma única

en el clímax y el cénit

que dieron sentido a nuestra vida

y vida y razón a nuestra existencia.

Fuimos, somos, seremos, uno solo

en medio de múltiples, ignoradas y vacías presencias,

eternamente, sublimemente;

lejanos, ausentes y ajenos de todo dolor,

de todo sufrimiento, de todas las lágrimas que no son bellas,

de todo lo que no sea

lo que quiso significar la palabra felicidad,

de todo lo que significó y significará,

como para mí significa siempre  tu nombre,

amada Clara del alba,

de todo lo imposible que es bello,

mi querida, mi amiga, mi niña,

mi señora, mi compañera,

mi verdadero yo, mi dama,

mi amada…

MI AMADA…










          

1 comentario:

  1. Un abrazo a quien considero mi hermano de letras. Al viajero de mundos celestiales y avernales. Al poeta comprometido con su misión. Saludos hermano.

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