jueves, 1 de julio de 2010

ADOLESCENCIA, AMBICIÓN Y NARCISISMO

Fraguarás sueños e ilusiones,
lucharás por la fama, el éxito,
la ambición;
que los demás reconozcan tu mérito,
aunque en el fondo no seas más
que un pobre diablo.
Lucharás por superarte cada día
dentro de un mundo lleno de dolor,
dentro de una sociedad llena de mentira,
tratando de emular al héroe
que como tantos otros quedó en el desván,
y al que todos admiran y envidian,
sin conocer su pobre realidad.
Sufrirás, serás un masoquista,
tropezarás mil veces en la misma piedra,
porque todo intelectual que se precie
es la conciencia del mundo,
un alma llena de pena
que no admite que tiendan manos al “mesías”,
porque él es estandarte de consciencia,
y aunque le produzca dolor,
vale más una torre de orgullo
que un poco de paz.
Nunca te creas el menos condicionado,
el puro, el inteligente autodidacta,
cuando no eres capaz de callar
y necesitas venderte al mundo
escribiéndole poesías amargas
o libros de carácter existencial.
Bien, yo soy ahora de esos seres prácticos
que miran al mundo de frente...

y de soslayo,
no sin falta de ternura
ni de buena voluntad,
que soy modesto porque comprendo
que todos somos iguales en lo básico,
y que sé que lo que conviene olvidar,
si nos perjudica, es mejor olvidarlo.
No seas un hombre masa,
pero tampoco pretendas empresas,
que desde la mera teoría,
solo pueden causarte
depresiones y tristeza.
Y si eres un alma en pena
que pretenda arreglar el mundo,
piensa y fíjate en la experiencia
de aquel al que crucificamos.
Fraguarás sueños e ilusiones,
lucharás por la fama, el éxito,
la ambición,
tratando de emular al héroe que
como tantos otros quedó en el desván,
y al que todos admiran y envidian,
sin conocer su pobre realidad;
y al final de tu vida, si ves claro,
entonces cuenta te darás
de que hay algo importante
que has dejado de hacer:
sin dejar de ser responsable,
y cumpliendo con tu parte...
haberlo pasado mejor.

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