sábado, 24 de julio de 2010

LAS ALBAS. AMANECERES.

Colgado junto al cuadro de la pared
se veía el espejo...
comencé caminando despacio,
y conforme me movía yo
se movía lo que había dentro;
todo ello y el silencio reinante
me hizo meditar un momento:
como un espejo es la vida,
pues en tanto por ella vas pasando,
te va ofreciendo con el transcurrir del tiempo,
hora tras hora, día tras día,
un sinfín de imágenes distintas;
y si lo piensas nada es nuevo ni verdad,
todo son reflejos y mentiras:
sombras de una realidad que eres tú mismo,
de un mundo que desde siempre está contigo,
y que va cambiando conforme caminas;
y el día en que el espejo se quiebre,
el día en que la ilusión se apague...
habrá terminado tu vida.

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