sábado, 24 de julio de 2010

¡OJALÁ ESTUVIESES A MI LADO!

¡Qué noches tan tristes,
tan mojadas de sudor tan frío,
por no poder no pensar en ti!
En cada hueco estás tú,
mirándome;
en cada vacío está tu cuerpo y espíritu,
una sonrisa y una voz que me dice: ¡ven!.
Te busco en cada esquina y en cada rincón,
el lleno de tu cuerpo, espíritu,
tu sonrisa y tu voz,
y cuando voy a abrazarte,
suspirando de pasión,
el aire hueco cruel y la nada
me despiertan sobresaltado,
recordándome que es una burla del amor.
¡Qué noches tan crueles
sin el susurro de tu voz!
¡Qué cruel noche es la distancia
que convierte tu contacto,
tu respirar, tu latido,
en eco de una obsesión!
Si estuvieras a mi lado
cada noche y esta noche,
¡qué bella sería la palabra amor!
¿Y tú serías quién eres?
-No.
¿Y yo sería quién soy?
-No;
seríamos uno solo,
un solo latido, un solo suspiro
un solo corazón;
y yo sería tú, y tú serías yo,
seríamos uno sólo,
palpando un solo cuerpo,
y entonces el sudor frío
sería un no pensar en nada,
un vivirlo todo,
un cálido aliento
que nos mojaría a los dos.
¡Ay Dios, no sé qué sería...!
¡Si estuvieses a mi lado cada noche
y esta noche...
qué bella sería la palabra amor!

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