jueves, 1 de julio de 2010

SINTOMATOLOGÍA DEL AMOR PLATÓNICO

Como cuando el aire se hace viento,
cuando todo se vuelve de un rojo brillante
y de un verde y un azul tiernos,
cuando la luz del sol se pone cegadora,
como cuando la tierra se moja y exhala vapor,
cuando todo es obscuro y transparente,
cuando mi vida sólo es amor...
¡tal es mi enamoramiento!
Cuando un rayo húmedo cruza de sobresalto mi pecho;
cuando los ojos se humedecen sin saber porqué;
cuando mis labios tienen hambre y mi boca tiene sed;
cuando el vientre tenso me entrecorta el respirar;
cuando veo las pupilas de sus ojos
como rocas perdidas en el mar;
cuando esa marea ahoga mis razonamientos
y todo mi cerebro son suspiros y anhelos;
cuando un haz de corriente invade mi cuerpo;
cuando soy débil, frágil, vulnerable,
cuando deseo morir viéndola a lo lejos,
como Dios radiante al que tan sólo contemplar
puedo, como imagen pura que no es digna
de mi mención,
como ser inalcanzable para bendecir al cual
he nacido yo;
cuando me abato como rama débil
a la que tortura el viento;
cuando queriendo pensar no pienso;
cuando mi cabeza es un maremoto;
cuando morir al contacto de sus labios
y bajo la mirada de sus ojos
es mi único deseo;
cuando besarla y morir me sigue pareciendo
infinitamente egoísta;
cuando tropiezo estando quieto
y me avergüenzo de mí mismo,
cuando todo es ya un imposible...
Sí, algunas de las veces
en las que soy estúpido e imbécil,
es que estoy enamorado.

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