jueves, 1 de julio de 2010

UTOPÍAS

Al sol que me alumbraba de niño
quise yo cantarle un día,
mas cuando dí comenzado,
ví que desaparecido había;
la noche ocupó su sitio,
y el miedo, el desengaño y la desesperanza
ocuparon el lugar que había quedado vacío en mi vida.
Busqué la luz en la luna y en las estrellas,
que en ocasiones iluminaban mi caminar;
pero como el brillo del sol
nunca encontré nada jamás.
Sin esperanza y perdido,
meditando y tratando de conocerme a mí mismo,
dí con la realidad:
no existe sol, ni luna, ni estrellas;
no hay más que obscuridad.
Toda la luz que creí ver
era el resplandor del niño que fuí,
la ilusión de mi alma tierna y joven...

hoy quiero encontrar a mi niño
y el sol volver a ver,
¡porque ser niño es ser!

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