domingo, 25 de julio de 2010

MUJER DE POCA FE.

Soy la sombra del anhelo
que te mira codiciosa
en los ojos de la brisa
y te envuelve en la distancia,
atada fuerte al desencanto,
tirando cruel de mi aliento;
obsesa aura que besa tu cuerpo
y aún tu espíritu, tu alma,
tu olvido, tu falta de fe,
tu desprecio y tu silencio.
Soy devoto de tus dudas
en la ermita del deseo,
humillado por tu falta de fe

y el abandono cruel
de tu esperanza al comienzo de mi sueño,
en un siempre, que no formaba parte
de tu sueño.
Jugaste a la ruleta rusa
con tu sonrisa en mi sien,
una sien que era tuya,
y ahora, mi sombra
te pide el beneficio de tus dudas,
de tus voluptuosos besos,
de tus miradas traidoras,
del poco valor que para ti tuve,
y que para mí se fue perdiendo
(mujer de poca fe),
hasta que sólo quedase
la sombra del anhelo,
que sólo sabe que el orgullo
es la dignidad de los ciegos,
que para ser digno
he de estar henchido
de humildad, ser el más valiente
de todos los pobres
que encontraste en tu sendero,
y encuentras todos los días
(somos todos los que estamos),
y así pedirte que aprietes fuerte
con tu boca mis labios,
para quemarnos juntos en el fuego
con mi amor y tu deseo.

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